miércoles, 6 de octubre de 2010

Otoño Jerezano

La rutina se aproxima a nuestras vidas a pasos agigantados; el calor va cediéndole el sitio al frío; lo que antes permanecía seco y muerto, ahora resucita con la llegada de las lluvias; y los racimos de uva palomino ya están listos para ser pisados, produciendo el primer mosto de la temporada. Es en estos momentos del año en los que nuestra tierra y sus habitantes reafirman su sentir jerezano, volcándose en la calle con una virgen cuya grandeza no cabe en un trono tan pequeño, una virgen que al igual que su pueblo es sencilla y morena, la Virgen de la Merced, nuestra Patrona. Por alguna extraña razón, en torno a los 24 de Septiembre algo suele suceder que convierte en especial y señalada esa fecha en el calendario. Nuestra vida cambia cada 24 de Septiembre y, de hecho, así ha ocurrido tanto con la de mi compañero Paco Antonio como con la mía, ofreciéndonos ser las voces y los rostros del programa “Luna de Nisán” de la página www.sentimientocofrade.net. Es un orgullo y un privilegio poder estar a los micros de un proyecto tan interesante. Por eso, ya que mi compañero ha escrito sobre La Virgen Morena, es justo que yo lo haga sobre la Virgen del Socorro y San Dionisio, Copatrona y Patrón de nuestra ciudad, no sólo en señal de agradecimiento sino por la proximidad de ambas festividades.

Cuenta la tradición popular que el título del Socorro fue otorgado por el propio pueblo, ya que a esta imagen se le atribuían gran cantidad de milagros, sobre todo localizados entre los siglos XVIII y XIX. El más conocido de ellos ha sido representado en el techo policromado que lució el palio de Nuestra Señora el pasado 2 de Octubre y se conmemora en el nuevo azulejo del Socorro que luce la Plaza de la Yerba. Al parecer, en el año 1580 un toro se escapó de la calle Corredera y, al mismo tiempo por la calle Lancería transcurría una procesión de la Virgen. Al ver que el toro se hacinaba en torno a sus fieles la virgen volvió el rostro hacia el animal, en respuesta al auxilio que los devotos le suplicaban, y la res quedó muerta a los pies de la imagen. Dicho milagro dejó una marca en el cuello de la talla en forma de una especie de arruga.

Se trata de una imagen anónima del siglo XVI de candelero, o bastidor, realizada en barro cocido policromado y concebida para el procesionar, aunque en sus orígenes fuera de advocación gloriosa. Cabe destacar que presenta un tamaño inferior al natural, característica común en muchas tallas de la época. De ojos grandes de cascarilla, mirada gacha y rostro ovalado, dotándole de cierto aire juvenil de Madre que le hace desprender gran ternura al que contempla su bella estampa y semblante. En 1610 el pueblo de Jerez le votó solemnes fiestas y, debido a la devoción unánime que le profesaban sus fieles, fue nombrada Copatrona de la Ciudad.

Su primera casa fue la Capilla de San Ildefonso hasta finales del siglo XVI. Fue en el siglo siguiente, aunque la fecha exacta se desconoce, en que pasa a ubicarse en la Parroquia de San Miguel e incluso llega a procesionar como Dolorosa en la Hermandad del Crucifijo de la Salud. En 1817 la imagen ya se encontraba en el Templo de San Agustín, y un siglo más tarde, debido al derribo del templo, la imagen fue llevada a la Colegial, donde permanece guarnecida hasta el día de hoy.

De la misma manera, en una céntrica parroquia, antigua mezquita de una Jerez mora, construida en 1457, en estilo gótico mudéjar, se encuentra al lado derecho del retablo mayor una efigie venerada de nuestro querido patrón, San Dionisio.

El motivo del patronazgo está bien claro. Tras reconquistar el 9 de Octubre de 1264 la ciudad de Xerez a los moros tras una sublevación, el Rey Alfonso X el Sabio ordenó la construcción de ocho templos, seis de ellos utilizando anteriores mezquitas. Consistían en las dos Capillas Reales de Santiago y San Miguel, que según la leyenda ayudaron a ganar la batalla anterior a la conquista de la ciudad; cinco iglesias con las advocaciones de los cuatro Evangelistas y San Salvador (la actual Catedral); y una Parroquia en su honor, siendo su advocación San Dionisio, santo designado por el monarca como el patrón de la ciudad, por el hecho de haber sido conquistada la ciudad en tal mencionado día.

Dionisio de París llegó a Francia hacia el 250 ó 270 con el fin de evangelizarla, llegando a convertirse en el primer obispo de la capital gala. Fue martirizado en el 272, ya que según se narra en sus crónicas, tras ser decapitado anduvo durante seis kilómetros con la cabeza en sus manos. Al término de su trayecto, entregó su cabeza a una piadosa mujer descendiente de la nobleza romana, llamada Casulla, desplomándose en el acto. En ese punto exacto se edificó una basílica en su honor, llamándose la ciudad actual Saint-Denis, en su honor.

Por nuestros santos y benditos patrones, para que todos los otoños de nuestra vida nos sintamos orgullosos de ser y sentirnos jerezanos, de los pies a la cabeza.

3 comentarios:

  1. Me ha encantado este artículo.Felicidades.El blog tiene una opción interesante que permite publicar las entradas facilmente en facebook.Si estais interesados en hacerlo y no dais con la tecla me lo comentais,os podría echar humildemente una mano.Saludos

    ResponderEliminar
  2. Gracias Cuco, el problema es que no sé muy bien como hacerlo. Bueno sin contar que no tengo perfil en facebook. Gracias por la idea, la verdad es que sería muy interesante y nos vendría muy bien. Como siempre son de agradecer tus valoraciones y comentarios. Nos vemos por la hermandad, un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. No recuerdo bien desde donde se adapta esta opción.......pero claro para eso debeis estar dado de alta alguno de los dos en Facebook.nos vemos campeones.

    ResponderEliminar