jueves, 24 de junio de 2010

San Juan de los Caballeros, la bella olvidada

Si hay una Iglesia que por nombre, antigüedad y vivencias pasadas debería ser pieza fundamental en cualquier guía jerezana de turismo y que por unas u otras razones no es lo visitada y reconocida que debería ser, esa es San Juan de los Caballeros, la bella desconocida. Bien es cierto que su ubicación es de difícil acceso, también es verdad que los horarios de visita son muy reducidos, al igual que hemos de reconocer que su estado de conservación no es el idóneo... Pero no son excusas para no conocer, desde dentro y desde fuera, uno de esos maravillosos secretos que se encierran en la más absoluta profundidad de nuestro genial centro de ciudad. Espero que con estas líneas sea capaz de morder, con el gusanillo del conocimiento, a todos aquellos que, por lo que sea, nunca han oído hablar de San Juan de los Caballeros.
Es una de las seis parroquias históricas creadas por el rey Alfonso X El Sabio tras su reconquista de la ciudad, en el año 1264.
Recibe el sobrenombre “de los Caballeros” porque, según la tradición, es éste el lugar donde los caballeros jerezanos pertenecientes a las distintas órdenes militares que se ocupaban de su defensa, firmaron con su propia sangre una carta pidiendo ayuda al rey Sancho IV para la ciudad, sitiada entonces por las tropas musulmanas.
Es un templo de una única nave con algunas capillas adosadas, en cuyo interior pueden distinguirse con claridad distintas fases de su construcción.
La zona más antigua corresponde a la cabecera, acabada en ábside semicircular y cubierta por bóveda de nervaduras góticas. El cuerpo de la nave tiene dos tramos, el primero de ellos cubierto con bóveda estrellada tardogótica de la primera mitad del siglo XVI, y el segunda ya plenamente renacentista, comenzada en 1562 y terminada en el año 1591, tal como reza una inscripción en su interior.
Entre las capillas destaca la denominada De la Jura, ubicada en el lado del evangelio, junto a la capilla mayor, y que se cubre con una bóveda estrellada realizada en los años finales del siglo XVI o principios del XVII.
En el lado de la epístola se localiza la Capilla de los Zarzana, con una portada almohadillada manierista de finales del siglo XVI, y también la Capilla del Sagrario, de bóveda gótica tardía de principios del siglo XVI. De este mismo tipo y época es la bóveda que cubre la sala de La Sacristía.
En el exterior del templo destaca con autoridad la majestuosa Torre-fachada, solemne y sobria, y de alto efecto ascensorial, cuyo primer cuerpo se atribuye al arquitecto Alonso de Vandelvira, levantado en estilo renacentista en los primeros años del siglo XVI; y compuesto por un arco de medio punto flanqueado por cuatro columnas toscanas sobre basamento entre las que se disponen hornacinas. Desde este arco se accede a un pequeño atrio abovedado donde se abre la puerta de entrada al interior del templo. Los otros cuerpos son ya obra barroca realizada a partir del año 1644 por el maestro Antón Matín Calafate.

jueves, 17 de junio de 2010

Quit ut Deus

Esta expresión hebraica quiere decir: “¿Quién como Dios?”, y alude al santo nombre del Arcángel San Miguel, el Jefe de los Ejércitos del Señor. Su representación iconográfica es la de un arcángel vestido de general romano, blandiendo una espada o lanza y derrotando, con ella, a un demonio o dragón, pues Miguel es el encargado por Dios para frustrar a Lucifer y sus planes. Este santo lo encontramos presidiendo la fachada principal de la segunda catedral de nuestra ciudad, la Parroquia de San Miguel. El porqué de su origen y su titulación van ligados a los orígenes de la jerezana Parroquia de Santiago, y ambos se deben a la leyenda, según la cual Santiago apóstol y San Miguel arcángel prestaron auxilio a los cristianos en una batalla anterior a la reconquista de Jerez. En memoria del acontecimiento, Alfonso X el Sabio levantó dos reales capillas, frente a las puertas del Real y del Olivillo, tituladas San Miguel y Santiago, que posteriormente darían lugar a los templos de que presume la ciudad en estos tiempos.
La Iglesia de San Miguel que conocemos actualmente empieza a ser construida a finales del siglo XV, concretamente en 1484, debido a la existencia de una placa en la fachada evangélica, por súplica de la ciudad a los Reyes Católicos, ya que la creciente feligresía del barrio rendía culto en la Real Capilla de San Miguel, mencionada anteriormente. Decir que su construcción se vio finalizada a principios del siglo XVIII, proceso que duró más de dos cientos de años, conjugando en el mismo, elementos propios de finales del gótico, del renacimiento como tal, así como de principios del barroco. Es notoria la influencia de la Catedral de Sevilla, puesto que su herencia está presente no sólo en su concepción, sino también en su forma, acabado, estructura, proporciones, debido a la intervención en el proyecto de grandes maestros sevillanos, como Francisco Rodríguez o Diego de Riaño.

De planta rectangular y porte catedralicio, el jerezano templo se divide en tres naves por pilastras, siendo la nave central más alta que las laterales. Las pilastras más cercanas a la cabecera, cubierta por una bóveda de crucería, son de estilo gótico con motivos florales adornadas con doseletes; las que se encuentran próximas a los pies de la iglesia son de mayor simplicidad. Continuando en el interior del templo, destaca el retablo mayor que preside la nave central, situado sobre el ábside de cinco lados. La realización es completamente en madera, policromada y dorada, y conjuga la transición del renacimiento al barroco. Fue diseñado y ejecutado en gran parte por el imaginero Juan Martínez Montañés desde 1609, y fue finalizado por su discípulo José de Arce.

La Capilla del Sagrario, construida entre 1718 y 1759, podría considerarse una iglesia, prescindiendo de la que la acoge en su seno, ya que se encuentra concebida en su totalidad y conjunto. De planta de cruz griega, con columnas pareadas de orden corintio, cubriéndose el centro con una cúpula octogonal y los brazos con bóvedas de cañón, se le atribuye a Ignacio Díaz, supervisando su diseño su hermano Diego Antonio Díaz.

Hablar, por último, de las tres monumentales fachadas que dan al exterior, de las cuales dos de ellas son de estilo gótico: la fachada del lado evangelio, dedicada al patriarca San José y finalizada en 1515; y la correspondiente al lado epístola, llamada de la Concepción. Diego Moreno Meléndez, arquitecto local bautizado y sepultado en esta iglesia, diseña y levanta la espléndida fachada principal, entre 1663 y 1702. Se estructura como torre-fachada organizada en tres cuerpos. El principal, que da acceso a la iglesia, se enmarca por dobles columnas jónicas con hornacinas, encargándose la elevación de alinear los conjuntos de columnas, definiendo éstos, en el segundo cuerpo, una hornacina presidida por una efigie del arcángel San Miguel. El último de los cuerpos, de planta octogonal, queda rematado por un vistoso chapitel revestido por azulejos en azul y blanco.

San Miguel, su plaza, su barrio, su torre, su belleza, su preciosismo, su perfección, su porte, su estampa… Es un todo que hace de esta iglesia un monumento único y, sobre todo, jerezano, con el que un pueblo se identifica. Por una vez puedo envidiar a los jilgueros, por tener el privilegio de contemplar firme la estampa del campanario de San Miguel, saeta que ensarta, jerezanamente, día tras día, los cielos de Jerez.

jueves, 3 de junio de 2010

La muy Noble, Leal y Lasaliana Ciudad de Jerez de la Frontera

Hace unos días, concretamente el 22 de Mayo, se produjo un acontecimiento histórico. Fue la primera vez que Nuestra Señora de la Estrella, titular de la Hermandad jerezana de la Borriquita, pisó la Capilla del Colegio La Salle Buen Pastor, para celebrar, durante la semana siguiente, un triduo en su honor, retornando en procesión, el día 29 del mismo mes, a su habitual sede en el Colegio La Salle San José. Se vivieron momentos muy emotivos, ya que para los alumnos y antiguos alumnos del colegio, entre los cuales nos encontramos los redactores de este blog, fue todo un honor que la Virgen, guía de los lasalianos, visitara nuestro querido Colegio, en el que hemos pasado 12 años de nuestra escueta vida. Como Antiguo Alumno del Colegio, lasaliano y hermano de la Hermandad de la Estrella, me veo en la obligación de dedicar esta entrada a que conozcamos un poco más acerca de los orígenes de La Salle en la ciudad.

Los inicios de La Salle en Jerez se remontan al año 1882, al 9 de Octubre del mismo, día en que los hermanos que llegaron a Jerez se instalaron en una pequeña escuela en la plaza Benavente bajo el nombre de Escuela de San José, primer Colegio jerezano de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. El Hno. Lucidas José fue el primer director, y otros tres hermanos; Eusebio José, Cecilio Juan y Florencio Luis, conformaron la primera Comunidad de Hermanos establecida en nuestra ciudad. Cuatro hermanos muy queridos y carismáticos, cuyo recuerdo permaneció en la memoria de sus alumnos hasta su vejez.

En sus primeros años de existencia, la Asociación de Católicos de la Parroquia del Salvador era la encargada de gestionar los gastos que originaba la escuela, pero la situación económica de la Asociación y de la propia escuela en el año 1884 pasaron a ser insostenibles. El 17 de Febrero los altos cargos de la Junta parroquial del Salvador, comunicaron al director que no contaba con fondos y que debía retirarse del cargo a los seis meses. Fue entonces cuando Pedro Domecq, el causante de la venida de los hermanos a Jerez, se ofreció a afrontar él solo, sin la ayuda monetaria que pudiera prestar la maltrecha Asociación, los gastos originados por la escuela.

Posteriormente, en 1886, con una demanda creciente de alumnos a la escuela y la consecuente ampliación de aulas, Pedro Domecq, que seguía financiando la escuela, decide trasladarla a unas dependencias del Palacio de su primo D. Juan Pedro Aladro, en la plaza S. Sebastián, actual plaza Aladro. Mismo problema que se repetiría 22 años después, en 1918, ya que la falta de espacio era un inconveniente para atender la demanda existente. A esto hay que añadir que la familia Domecq vivía en el Palacio del cual la escuela era dependiente, y sabía que esos locales no reunían las condiciones higiénicas más idóneas para continuar con la labor docente. Así pues el Marqués de Domecq buscó un nuevo edificio en Porvera, más amplio, como la casa de “Los Diezmos”, que pasaría a convertirse en el actual colegio de San José, clausurándose la escuela de Aladro el 8 de Diciembre de 1918.

En cuanto a los otros dos colegios la Salle hay que decir que ya en 1888 se fundó el colegio Sagrado Corazón de Jesús, y en 1919 se fundaría Buen Pastor, en su primera ubicación en la Alameda Cristina, trasladándose en 1966 a su actual sede, en calle Clavel.

Para que no olvidemos los 128 años de testimonio y vida de La Salle en Jerez.