martes, 9 de noviembre de 2010

En una sola palabra, Lola

Siempre he sentido una especie de envidia sana de mi amigo Diego Yesa. Desde chicos jugamos juntos al baloncesto y, como suele pasar en estos casos, al crecer el individuo, crece la amistad y acaba asentándose con cimientos profundos y bien adheridos. Su actitud es abierta, amigable y amistosa; de sus gustos, los del buen jerezano; pero sin dudas lo que más me impresiona de él es que siempre, siempre y siempre está seguro de sí mismo. En su afán de buen anfitrión ya hace algunas fechas, nos invitó a unos pocos amigos a cenar en su casa. Su residencia se encuentra sobre el mítico bar “la Cruz Vieja”, muy cercano a San Miguel y justo enfrente de aquella conocida estatua de Víctor Ochoa que realizara en el 2003, justo enfrente de Lola Flores. Y quizás esa visión desde aquella terraza sea la que me incite a escribir estas líneas sobre “la Faraona”.

La popular bailaora, cantaora y actriz Lola Flores nació en el barrio flamenco y gitano de San Miguel, en Jerez de la Frontera en 1923. Antes de los doce años ya era reconocida en los ambientes artísticos jerezanos. En aquel entonces interpretaba canciones de Concha Piquer y de Estrellita Castro, aunque probablemente la canción que más se le recuerde de entonces es “el lerele”.

En 1939, con 16 años, debutó en el Teatro Villamarta de Jerez en el espectáculo Luces de España que encabezaba la pareja de baile formada por Rafael Ortega y Custodia Marchena y el guitarrista Melchor de Marchena. Lola Flores cantaba “Bautizá con manzanilla”.

Tuvo sus mayores éxitos como pareja artística de Manolo Caracol, con quien trabajó hasta 1951. En 1958 se casó con el guitarrista Antonio González "El Pescaílla", con el que tendría tres hijos: Lolita, Antonio y Rosario.

Actuó en el Madison Square Garden de Nueva York, y se recuerda una famosa crítica tras el estreno: «No sabe cantar, no sabe bailar, no se la pierdan». En 1962 recibió el Lazo de Dama de Isabel la Católica en 1967 fue premiada con la medalla de oro del Círculo de Bellas Artes Y en el verano de 1994 recibió la medalla al trabajo que tanto había deseado.

Aunque bien es cierto que Lola siempre negó que la sangre “calé” corriese por sus venas, es uno de los iconos más conocidos del mundillo gitano en nuestro país, sobretodo quizás porque ella misma se sentía identíficada con los valores, la música y la cultura de este pueblo.

Entre sus películas más conocidas se encuentran “María de la O”, “la hermana San Sulpicio”, “La Faraona” y “Sueños de Oro”, todas ellas rodadas en la década de los cincuenta. Los discos más conocidos de la brillante artista son "Ay Lola", "España mía", "Juerga flamenca", "Mi mundial 82" (1982) y "La inimitable Lola" (1990).

Murió el 16 de mayo de 1995 a los 72 años a causa de un cáncer de mama que le había sido diagnosticado en 1972. Su capilla ardiente quedó instalada en el Centro Cultural de la Villa, actual Teatro Fernán Gómez de Madrid. Fue uno de los entierros mas recordados por la cantidad de gente que acudió, el funeral fue retrasmitido en directo por televisión.

El arte que no tiene fronteras, que muchos creen poseerlo pero poca gente lo tiene, el arte que es místico, casto y puro, el arte que aunque antiguo todos siguen y adoran. El arte y la artista, gracias Lola.



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